Párate por un momento a pensar en objetos que te rodean, en este mismo momento…¿Cuántos son de madera o papel?
Seguro que tienes un papel cerca, ¿verdad? Pues toma buena nota: busca este SELLO. El FSC (Forest Stewardship Council) es una certificación que garantiza la correcta gestión de los recursos forestales, que acaban convertidos en diferentes productos de consumo.
La adquisición de un producto certificado por FSC garantiza al consumidor la contribución a la conservación de los bosques y de los valores sociales, culturales y ambientales asociados a estos. De la misma forma, FSC permite a los gestores y propietarios forestales responsables diferenciar sus productos en el mercado frente a los procedentes de tales ilegales o insostenibles.
El concepto de Certificación Forestal se ensambla en uno más global, el de Gestión Forestal Sostenible (GFS). La GFS puede definirse como la “administración y uso de bosques y montes de manera que mantengan su biodiversidad, productividad, capacidad de regeneración y vitalidad. Asimismo, dicha gestión debe tener el potencial de cumplir, ahora y en el futuro, funciones ecológicas, económicas y sociales relevantes, a escala local, nacional y global, sin causar daño a otros ecosistemas (Conferencia Ministerial Helsinki, 1993)”.
En concordancia, la Certificación Forestal asegura al consumidor que la madera, o cualquier otro producto forestal, procede de un bosque gestionado de manera responsable y sostenible. Es un proceso que requiere del cumplimiento y evaluación de requisitos. Así, una tercera parte independiente, cualificada y acreditada certifica que las prácticas de gestión forestal cumplen los estándares reconocidos internacionalmente.
Niveles de actuación y beneficios
La certificación forestal se aplica en dos niveles. Por un lado, al momento en el que es auditada la gestión realizada en los montes (Certificación de la GFS). Por otro, cuando el objeto de examen es la trazabilidad de las materias primas de origen forestal y sus derivados durante todo el proceso de transformación (Certificación de la Cadena de Custodia).
Los beneficios de una GFS y, posteriormente, de certificar, se reflejan en los planos ambientales, sociales y económicos. El aprovechamiento de los productos del bosque (madera, papel, corcho…) realizado de forma apropiada contribuye a mantener la biodiversidad, productividad y procesos ecológicos del bosque.
A su vez, proporciona incentivos a las comunidades para que gestionen los recursos locales y se involucren en planes de gestión a largo plazo. Las certificaciones también están pendientes de las condiciones de trabajo. En concordancia, permite diferenciar los productos forestales manejados responsablemente frente a otros procedentes de talas ilegales, insostenibles e irresponsables.
En el plano económico, se pretende que la gestión forestal sea rentable sin que se generen ganancias a expensas del ecosistema o de la comunidad local.
Algunos datos para saber más
La certificación se origino como consecuencia de la preocupación medioambiental que existía por el constante incremento de la deforestación a nivel mundial, principalmente en zonas tropicales. Con el sistema se intento premiar con un etiquetado la madera sujeta a una gestión forestal sostenible a la que se facilitaba su identificación en mercados con consumidores responsables.
- La población, en general, asocia a la madera con conceptos muy ambientales como renovable, reciclable y ecológico, en el caso del último concepto hasta un 82,3% de la población encuentra esta relación.
- En la decisión de compra de los consumidores de los productos madereros, según varias encuestas, el aspecto más valorado es el relativo a su elaboración respetuosa con el medio ambiente y garantizando el futuro de los bosques, por encima de aspectos como el precio, diseño, fabricación nacional, etc.
- El grado de conocimiento de los certificados de gestión forestal sostenible es muy escaso, apenas el 3% de la población identifica correctamente este sello de implantación. Esto no se corresponde con una alta predisposición del comsumidor para adquirir artículos con certificado de gestión forestal sostenible.
- El consumo actual de madera certificada se puede considerar anecdótico pues sólo un 1,1% de la población ha adquirido alguna vez algún producto.
- Cerca del 90% de los consumidores estaría dispuesta a pagar un poco más por un producto de madera si su elaboración respeta el medio ambiente y garantiza el futuro de los bosques.
- En la actualidad hay unas 400 millones de hectáreas certificadas en el mundo de las cuales 85 millones corresponden con la Unión Europea (se aproxima o la mitad de la superficie forestal comunitaria) y algo menos de 1,8 millones en España (entorno al 6% de su superficie forestal).
- Los estandares internacionales de FSC constan de 10 principios y 56 criterios, cuyo cumplimiento garantiza el nivel mínimo exigible de buena gestión forestal en cualquier lugar del mundo. De cara a particularizar a nivel local se promueve el desarrollo de indicadores, y opcionalmente, verificadores regionales o nacionales, desarrollados por grupos de trabajo nacionales.
- En Finlandia el porcentaje de superficie certificada se aproxima al 92% de sus superficie forestal, y países como república Checa, Alemania, Polonia, Eslovaquia e Irlanda superan el 70%.